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El club de la lucha 

4 "Tienes que considerar la posibilidad de que a Dios no le caes bien".
Brad Pitt

Hoy como todos los días me disponía a entrar en el metro banco de España, con un frió que podía helar todos mis sentidos .

 

Paso mi ticket de 10 viajes el cual cada día esta mas caro , llegue al anden como siempre mirando el tiempo de espera, cruzando el anden de lado a lado me fije que eran seis minutos, mas de lo normal  siendo las diez de la mañana. Me senté en el banco del final, para que fuese mas amena la espera.

 

En ese momento llego un hombre de unos cuarenta y cinco años, pelo canoso con grandes entradas y bigote, vestía cazadora marrón chocolate, camisa de cuadros, del estilo que Virginia me presto de su padre y unos levis 501 de los de siempre pero sucios y los zapatos manchados de arena.

 

En ese instante me fije mas en su rostro y me quede impactado por varias razones, una porque me era muy familiar demasiado quizás, dos porque sus rostro estaba roto de dolor y de haber pasado una noche en cualquier parque del centro de Madrid tan solo con ese abrigo y alguna botella de alcohol.

 

Mi corazón empezó  agitarse  cada vez mas  y el no paraba de mirar su anillo de boda y dar vueltas sobre si mismo, como una cuenta atrás, miraba el tiempo que le faltaba para saltar cuando pasase el metro. Eso es lo que estaba sintiendo que pasaría en ese momento.

 

Pero, me quede paralizado y cerré los ojos para no verlo.

En ese instante llego el metro  y entre rápidamente  sin ver donde estaba el, porque ya no estaba, no entiendo como fue, si lo que vi fue real o fruto de mi imaginación, pero cuando salí del metro, me puse a llorar sin saber porque, como si hubiese perdido algo importante en mi vida en ese instante.

 

Llevo dándole vueltas todo el día en el trabajo y la verdad no lo entiendo.

 

Quise llamar para contarlo, pero solo podía decirlo de esta manera.