miércoles, 7 de octubre de 2009

- Miedo. -


El hijo de la novia

4 Este restaurante lo empecé con Norma. Yo cocinaba, ella atendía: era una cuestión de dos. Me acuerdo que siempre discutíamos de porqué venía la gente, y ella decía que era por la cocina y yo decía que por su atención. es que Norma era una cosa... ella sí que era la especialidad de la casa, con esa sonrisa que tenía, ¡Aquél cartel luminoso! Imagínate, entraba la gente y ... ¡bum!, se encontraban con esa pintura, y ahí aparecía la Norma verdadera: más alegre, más luminosa, y claro, el cliente pensaba que había entrado en, qué sé yo, en el Paraíso por lo menos. Entonces ella pedía que la siguieran, que los iba a llevar a la mejor mesa. Eso se lo decía a todo el mundo, que los llevaba a la mejor mesa, y todos se lo creían porque si ella te llevaba, era la mejor mesa. Te hacía sentir como si fueras el único. Con Francesco nos reíamos porque cada vez que iba a la cocina, todos, eh, todos, mujeres, niños, hombres, todos, todos, se quedaban como embobados mirándola, no sabían si seguían en la Tierra, si era un fantasma, tenían miedo que no volviera. Y ahí los volvía a sorprender: anotando todo ahí, junto a la caja, paradita como por arte de magia, como un ángel, mi ángel. Ernesto Alterio.

 

 

Viajo en un vuelo a la locura, pasando del silencio absoluto a la risa desenfrenada, altos y bajos que solo hacen ser sombra en un mundo de luces.

 

 

Rumbos distintos que se unen en un vuelo internacional hacia el futuro mas inmediato.

Paraíso de la belleza, disfrazado con piel de serpiente.

 

Miedo a lo desconocido, miedo a lo que te gusta, miedo a conocerme y conocerte, miedo a salir de tu buhardilla y decir te quiero.

Miedo al fin y al cabo, miedo.

 

Me ves en una pantalla de diecisiete pulgadas, la cual no se como atravesar sin eso que tanto repito.

 

Miedo.

2 comentarios:

  1. La falta de miedo, no es mejor, es simple inconsciencia... el miedo nos hace valorar muchas cosas... entre otras, a nosotros mismos...

    No hay victoria mayor, que la de derrotar a los propios miedos, ¿no crees?

    Un abrazo

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  2. si, pero es una batalla.. larga y complicada.

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